23 de marzo de 2024 - 1:00 PM
Por La Redacción 


La tumba de un faraón posiblemente perteneciente al Segundo Periodo Intermedio (1640-1540 a. C.), fue descubierta en Abidos (Egipto) por una misión egipcia-estadounidense de la Universidad de Pensilvania.


La importancia de este descubrimiento se basa en su contexto histórico y en una dinastía que se ha debatido a lo largo del tiempo, ya que se sitúa en una época de fragmentación y conflictos, y en la que Abidos se encontraba en una posición estratégica en la lucha por el control del país. Sin embargo, la información de los reyes de este tiempo, es muy escasa.


El profesor del Consejo Supremo de Antigüedades, Mohamed Abdel Badie, explicó que, según estudios realizados, la tumba real podría ser predecesora del rey Useribra Senebkay. Debido al parecido ambas tumbas.


La tumba con un aproximado de 3 mil 600 años de antigüedad fue encontrada en la colonia Gebel Anubis, en una cámara de caliza, protegida por una bóveda de adobe de cinco metros de altura, ubicada a siete metros bajo tierra. 


En las paredes se hallaron inscripciones que sugieren la representación de las diosas Isis y Neftis como guardianas del difunto, al igual que bandas amarillas con jeroglíficos que pudieron contener el nombre del faraón enterrado, aunque por el tiempo han erosionado y solo quedan fragmentos.


Sin embargo, en el descubrimiento no se encontraron los restos del faraón y ni el sarcófago, por lo que dificultará el proceso de identificación. 


Pese a ello, el hallazgo es muy relevante, debido a que la tumba es mucho más grande que otras pertenecientes a la Dinastía de Abidos, por lo que sugiere que el ocupante tenía un alto estatus dentro del reino.


Junto con la tumba, se descubrió un taller de cerámica, en la aldea de Banawit, Abidos, la cual contenía varios fragmentos de artefactos e hizo posible un curioso hallazgo de un niño con un gorro de colores y el cráneo de una mujer de aproximadamente treinta años y sorprendentemente se conoció que el lugar fue reusado como cementerio entre los siglos VII y XIV d. C.


El secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades, resaltó que los descubrimientos proporcionarán más información y pruebas sobre las tumbas reales y la dinastía de Abidos, durante el Alto Egipto entre 1700 y 1600 a. C.


Sugiriendo que aún quedan varios secretos y tumbas reales de otros faraones sin descubrir, en la región clave de la civilización faraónica.