6 de mayo de 2025 - 6:00 PM
Por La Redacción 


Este miércoles 7 de mayo dará inicio el cónclave, que reunirá a 133 cardenales electores llamados a elegir al 267º sumo pontífice y sucesor del papa Francisco.  


Previamente, medios vaticanos difundieron imágenes que mostraban la Capilla Sixtina lista para acoger a los purpurados. También ha sido acondicionada la llamada "Sala de las Lágrimas", donde el papa recién elegido vestirá por primera vez la sotana blanca.


“El mundo observa expectante, mientras se ultiman los detalles para un rito que combina tradición, espiritualidad y una organización logística minuciosa”, señaló el medio Vatican News.


Un trabajo invisible que lo hace posible todo

La Dirección de Infraestructuras y Servicios de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano ha coordinado, una vez más, los complejos preparativos que permiten que el Cónclave se desarrolle en condiciones óptimas, con sobriedad y funcionalidad.


Según explicó al portal del Estado de la Ciudad del Vaticano Vatican State el ingeniero Silvio Screpanti, subdirector del Área de Infraestructuras, el acondicionamiento de la Capilla y la preparación de los alojamientos para los más de 130 cardenales electores implican la participación de más de 60 trabajadores, entre personal interno y apoyo externo: carpinteros, electricistas, montadores, técnicos de climatización, herreros, floristas y personal de limpieza.


La labor incluye desde la instalación de la icónica estufa para las fumatas hasta el sellado de los accesos al perímetro del Cónclave, pasando por la adecuación de más de 200 habitaciones en edificios como la Domus Sanctae Marthae y la antigua Casa Marta. La complejidad logística ha sido mayor este año, dada la elevada participación, lo que ha requerido nuevas disposiciones y ajustes a nivel estructural.



Una capilla transformada con precisión y discreción

En tan solo una semana, los técnicos desactivaron los sensores instalados para la conservación de los frescos, construyeron un suelo técnico elevado que nivela el pavimento cosmatesco original y montaron las mesas y sillas ceremoniales, todas cuidadosamente revestidas con telas de la Florería vaticana. A la vez, se realizó una revisión completa de los sistemas eléctricos y de climatización, tanto en la Sixtina como en los alojamientos.


Durante el Cónclave, permanecerán dentro del perímetro sellado al menos 12 personas (electricistas, climatizadores y floristas), quienes han prestado juramento de confidencialidad y trabajarán sin contacto exterior. Se trata de un equipo mixto de veteranos que participaron en anteriores Cónclaves y de técnicos jóvenes que reciben el testigo de esta tradición única.


El corazón del misterio: la liturgia del cónclave

Todo estará dispuesto para que, el 7 de mayo, se inicie la Misa Pro eligendo Pontifice en la Basílica de San Pedro. Al concluir, los cardenales ingresarán en procesión a la Capilla Sixtina. Una vez pronunciado el solemne "Extra omnes" (es decir, "Todos fuera") comenzará oficialmente el Cónclave. Las votaciones se desarrollarán en turnos de mañana y tarde, bajo estrictas normas de secreto. Se requerirá una mayoría de dos tercios para que la elección sea válida, según lo estipulado en la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis de Juan Pablo II, y actualizada por Benedicto XVI.


Cuando se alcance el consenso, se procederá a la clásica quema de las papeletas. Si la elección es válida, el humo blanco anunciará al mundo que hay un nuevo Papa. Detrás de este símbolo está también la precisión técnica: un operario permanecerá junto a la estufa, en una sala adyacente, preparado para intervenir en caso de fallos, con acceso remoto al sistema de emisión de humo, que hoy se gestiona electrónicamente.




Un momento culminante: la aceptación y la presentación

Tras la aceptación del elegido y su respuesta sobre el nombre pontificio, el nuevo Papa se retirará a la "sala de las lágrimas" para revestirse por primera vez con la sotana blanca. Allí, en la intimidad, muchos Pontífices han derramado lágrimas al asumir el peso espiritual de su misión.


Minutos después, ante una Plaza de San Pedro expectante, el cardenal protodiácono, Dominique Mamberti, pronunciará el histórico Habemus Papam. Y el nuevo Pontífice impartirá su primera bendición Urbi et Orbi, es decir, de la ciudad de Roma al mundo.