25 de diciembre de 2024 - 5:44 PM
Por Jefry Sarat 


En el corazón de Quetzaltenango, donde las festividades de fin de año se viven con calidez y tradición, el ponche de frutas o “caliente” ocupa un lugar especial en los hogares. Para conocer más sobre esta bebida emblemática, visitamos el restaurante Magna, donde Edgar Rosales, un talentoso chef, compartió con nosotros su forma de preparar esta delicia.


Desde pequeño, este joven chef se interesó por las tradiciones culinarias de su tierra, y en Magna, ha perfeccionado una receta que combina técnicas clásicas con un toque personal. Nos explica que su método comienza con una infusión cuidadosamente elaborada, este paso, asegura, es clave para crear la base aromática del ponche, agrega agua y deja que las especias suelten su esencia en una cocción lenta. Las especias a utilizar son: jengibre, anís, cordoncillo, tamarindo, jamaica y té de limón. 




“Hacemos dos infusiones, una que es de todas las especias aromáticas, la segunda de corazones y cáscara de fruta, cuando lo mezclamos podemos generar un mejor balance en sabores, para que no sea muy tosco”, explica el chef Rosales, quien también resalta que en su versión del ponche, las frutas se agregan al final para evitar que se deshagan demasiado y mantener su textura.




Edgar hace la invitación a todas las personas para que conozcan el restaurante Magna, donde destacan el uso de productos locales, se ubican en la carretera Interamericana kilómetro 95.5, ingreso a Xela desde Salcajá. El ponche navideño es más que una bebida en Quetzaltenango; es una experiencia que conecta generaciones. Gracias a jóvenes como Edgar Rosales, esta tradición continúa viva, deleitando paladares y llenando corazones.