21 de junio de 2025 - 3:00 PM
Por La Redacción 


Un sello postal guatemalteco, impreso en 1881, es hoy una de las piezas más codiciadas por filatelistas de todo el planeta, elevando el prestigio del país en la historia postal internacional.


Guatemala es protagonista de uno de los hallazgos más valiosos y admirados del coleccionismo filatélico mundial: el “Quetzal Invertido”. Esta joya postal, resultado de un error en la impresión de una serie emitida en 1881, ha otorgado al país un lugar privilegiado entre los grandes íconos del arte postal internacional.


Todo comenzó en 1871, cuando Guatemala se sumó al universo filatélico con el objetivo de narrar su identidad, cultura y geografía a través de los sellos postales. Pero fue una emisión específica —la quinta serie, conocida como “el quetzal pequeño”— la que marcaría un antes y un después.  Algunos ejemplares fueron impresos con la imagen del ave nacional invertida respecto al marco, producto de un fallo técnico en la reconocida compañía estadounidense American Bank Note Company.


El error ocurrió durante el proceso de impresión en dos fases: primero se estampaba la imagen central —el quetzal, símbolo de libertad— y luego el marco decorativo. Algunos pliegos fueron colocados al revés, provocando que el ave apareciera cabeza abajo. Lejos de ser desechados, estos sellos circularon brevemente y hoy son altamente valorados por su escasez y peculiaridad.


Más allá del accidente técnico, el “Quetzal Invertido” ha adquirido una dimensión simbólica: representa el carácter único de la filatelia guatemalteca, su conexión con la historia, el arte y la memoria nacional.