3 de enero de 2025- 11:00 AM
Por La Redacción/Con información de VOA


Unos 1 mil 500 migrantes iniciaron el año caminando en grupo desde el sur de México con la intención de avanzar hacia el norte antes de que Donald Trump asuma la presidencia de Estados Unidos y pese a que las últimas caravanas fueron disueltas sin salir de Chiapas, el estado fronterizo con Guatemala.


Los migrantes, la mayoría venezolanos pero también procedentes de países como Guatemala, El Salvador, Perú o Ecuador, partieron durante la madrugada del jueves de Tapachula, considerada la capital de la frontera sur mexicana.


Acercarse a la frontera estadounidense sigue siendo la meta para muchos. Otros, ante las amenazas de Trump de deportaciones masivas y cierre de la frontera, aspiran a avanzar hasta lugares donde poder conseguir trabajo dadas las escasas oportunidades laborales que hay en Tapachula, donde se ha multiplicado la violencia ligada al crimen organizado.


La venezolana Giscarlis Colmenares llevaba casi tres meses intentando conseguir una cita en la plataforma CBPOne para poder entrar legalmente en Estados Unidos y pedir asilo allí. Al no conseguirlo, decidió unirse a la caravana con el principal objetivo de lograr un empleo.


“Trabajar para ver si avanzamos o quedarnos ahí hasta reunir (dinero) y regresar a Venezuela”, explicó. La joven de 29 años, que viaja con unos tíos y su prima, quiere llegar a Ciudad de México y, si no puede seguir hacia el norte, quedarse en la capital hasta que ahorre lo suficiente para comprar su pasaje de vuelta a su país.


La victoria de Trump en noviembre multiplicó la creación de estos grupos con la esperanza de poder llegar a Estados Unidos antes de que se endurezcan las medidas migratorias. Desde entonces, al menos media docena de grupos salieron caminando de Tapachula aunque todos quedaron totalmente disueltos antes de salir del sur de México.


El jueves, como en ocasiones anteriores, las autoridades los dejaron avanzar por el sur de Chiapas. Pero lo habitual es que, pasados poco más de 100 kilómetros, la agencia migratoria comienza a ofrecer traslados a otros estados del país que muchos migrantes aceptan con tal de irse del sur.


Según el gobierno mexicano, eso es parte de la política de contención de la migración pero, en la mayoría de las ocasiones, cuando los migrantes llegan a esos lugares son abandonados a su suerte y optan por intentar llegar a la capital mexicana por sus propios medios.


La presidenta Claudia Sheinbaum ha defendido esta política migratoria y anunció una “transformación profunda” del Instituto Nacional de Migración, de la que no ofreció ningún detalle.


En las últimas semanas, el gobierno se ha centrado en prepararse para las deportaciones anunciadas por Trump con planes de apoyo a los mexicanos a través de los consulados en Estados Unidos.