21 de agosto de 2023 – 10:15 AM  
Por La Redacción  


Al quedar finalizado el conteo total de actas (24 mil 749), Bernardo Arévalo de León quedó electo presidente de Guatemala, junto a Karin Herrera, quienes obtuvieron la victoria con un total de 2 millones 441 mil 661 votos (58.01 %), mientras que Sandra Torres se quedó con 1 millón 567 mil 472 votos (37.24 %).    


Sociólogo y exdiplomático de 64 años, es hijo de Juan José Arévalo, el primer presidente popularmente electo en Guatemala tras la Revolución de 1944. 


Su padre salió al exilio cuando el expresidente Jacobo Árbenz fue derrocado en 1954 tras la intervención militar de Estados Unidos, por lo que Bernardo Arévalo acabó naciendo en Uruguay —algo que fue utilizado en su contra por su rival durante la campaña electoral— y regresó con su familia a Guatemala en su adolescencia. 


Durante su carrera, ocupó cargos como el de cónsul en Israel, viceministro de Relaciones Exteriores en su país y embajador en España. 


Actualmente es diputado en el Congreso por Movimiento Semilla, un partido que surgió primero como un grupo de análisis tras las protestas de 2015 que llevaron a la dimisión del entonces presidente, Otto Pérez Molina, salpicado por escándalos de corrupción política por los que fue finalmente condenado. 


Arévalo fue el primer aspirante a presidente de la formación, dado que la candidatura de 2019 de la exfiscal general Thelma Aldana no fue finalmente autorizada por las autoridades electorales. 


"No es la primera persona de izquierda que llega al poder en la etapa democrática: ya lo hizo el socialdemócrata Álvaro Colom, irónicamente exesposo de Sandra Torres. Lo que sí tiene Arévalo es una posición mucho más progresista por los propios orígenes del partido", asegura Jahir Dabroy, de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (ASIES) de Guatemala. 


Su ideología ya encontró el rechazo de la élite económica y los grupos que tradicionalmente ostentaron el poder en el país. Muchos de sus opositores calificaron a Arévalo de "comunista" y aseguraron que, de llegar a la presidencia, acabaría por expropiar tierras a los más ricos (algo que jamás dijo). 


La que sí fue una de sus principales banderas en campaña es la lucha contra la corrupción en el Estado desde un gabinete específico anticorrupción y una comisión de vigilancia, autónoma del gobierno, creada con el mismo objetivo. Aunque no contempla su regreso, elogió la labor de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig), expulsada del país en 2019. 


También avanzó que pediría la renuncia de la fiscal general del país, Consuelo Porras, calificada de "corrupta" por EE.UU. y responsable de la investigación de decenas de periodistas y jueces anticorrupción que acabaron optando por el exilio. Aunque aclaró que no podrá interferir al respecto al tratarse de causas judiciales, Arévalo sí expresó su deseo de que pudieran regresar a Guatemala. 


También declaró que protegerá los derechos de la población LGBT y que su gobierno no permitirá ninguna discriminación en su contra, algo que sus opositores utilizaron para afirmar que perseguía legalizar el matrimonio igualitario y promover el aborto. Arévalo lo negó. 


Otras de sus propuestas pasan por el control de las cárceles y fortalecer a la Policía Nacional Civil en materia de seguridad, generar empleo mediante la construcción de carreteras e infraestructuras con inversión pública, la puesta en marcha de más de 400 nuevos puestos de salud y la concesión de becas para estudiantes. 


Lo cierto es que las altas expectativas que muchos han depositado en un nuevo partido como Semilla que promete tantos cambios tendrán que sortear el hecho de que cuente con muy pocos aliados. 


Información BBC mundo