10 de mayo de 2025 - 7:00 AM
Yulisa Gutierrez
En el Cementerio General de la zona 1 de Huehuetenango descansan los restos de una mujer cuyo legado aún perdura en la historia de Guatemala. Se trata de Juana Francisca Barrios de Alvarado, una ilustre docente nacida en 1908 en Río Blanco, San Marcos, quien fue la principal promotora de la institucionalización del 10 de mayo como el Día de la Madre en el país.
A la temprana edad de 20 años, Barrios de Alvarado envió una carta a un diario nacional en la que destacaba la importancia de dedicar un día especial para honrar a las madres guatemaltecas, tomando como ejemplo la celebración que ya se realizaba en Estados Unidos. Su iniciativa no pasó desapercibida y, tres años más tarde, durante el gobierno del presidente Jorge Ubico, se oficializó esta fecha, estableciendo el 10 de mayo como el día para rendir homenaje al ser que da vida.
La maestra contrajo matrimonio con un vecino de Malacatancito, Huehuetenango, trasladándose a esa región donde ejerció por muchos años su vocación docente, especialmente en la escuela de Jumaj, zona 6 de Huehuetenango. Fue reconocida por su pasión por la enseñanza, especialmente por su dedicación a alfabetizar a los niños.
Barrios de Alvarado falleció el 9 de agosto de 1975 a causa de cáncer. Su legado no fue olvidado: sus restos reposan en el sector 3 del Cementerio General de Huehuetenango, y en noviembre de 2024, su tumba fue declarada patrimonio cultural, histórico y arquitectónico por la Municipalidad local.
Además, el 9 de mayo de 2024, autoridades municipales de su natal Río Blanco viajaron a Huehuetenango para colocar una plaqueta conmemorativa, en homenaje póstumo a su invaluable aporte a la cultura nacional. En el acto también se dejó constancia de que fue declarada hija predilecta de ese municipio.
Este agosto de 2025 se cumplirán 50 años de su fallecimiento, y su nombre continúa vigente gracias a su noble iniciativa, que permitió que cada 10 de mayo en Guatemala se celebre con amor y gratitud a las madres.