29 de septiembre de 2021 - 4:05 PM
Por Yulisa Gutiérrez
Uno de los sitios icónicos del departamento de Huehuetenango es el Mirador Juan Diéguez Olaverri desde donde se aprecia un paisaje único que permite sentirse cerca del cielo.
La sierra de Los Cuchumatanes es la cima no volcánica más alta de Centro América, en esa región se localiza el Mirador Juan Diéguez Olaverri, lugar que enamora a todo aquel que lo visita.
Está situado en el municipio de Chiantla, la villa es conocida como La Niña Bonita de Los Cuchumatanes debido a la diversidad de sitios turísticos que ofrece, destacando el mirador cuyo nombre es en honor a un reconocido poeta.
Para llegar a este icónico lugar se puede abordar una unidad del transporte que se ubica a un costado del mercado municipal, el costo es de Q10 y en tan solo 20 minutos se arriba al sitio, durante el recorrido se aprecian paisajes únicos que ya brindan un panorama de la vista que puede apreciarse desde la parte alta.
El ingreso al Mirador es gratuito, al llegar se observa un parque en donde hay nueve monumentos, en cada uno se lee el poema “A Los Cuchumatanes” el cual fue escrito por el poeta Juan Diéguez Olaverri, nacido en 1,813 en el departamento de Huehuetenango, cuyo escenario le inspiró a escribir este y otros poemas.
En este lugar, dos cabañas hacían aún más bello el paisaje, una de mayor dimensión que la otra. Según el historiador Rolando Gutiérrez, estas fueron diseñadas en el año 1,987 por el arquitecto Ronaldo Castillo y fueron pobladores quienes lograron construirlas, permitiendo a todo aquel que llegaba, tener un refugio ante el frío y fuerte viento que impera en el lugar que se ubica a 3,300 metros sobre el nivel del mar.
El paso del tiempo y las condiciones climatológicas, contribuyeron a que estas cabañas fueran deteriorándose, en diciembre de 2016, las fuertes ráfagas dañaron la más pequeña cuyo techo desapareció y aunado al paso de los años hizo que perdiera parte de su estructura.
La belleza que se aprecia en el Mirador es única e inigualable, muchas personas buscan llegar desde tempranas horas para observar el amanecer o despedir el día apreciando el atardecer, pues los rayos de sol se pierden entre las nubes, la nostalgia invade el ser y es imposible no suspirar al admirar esta maravilla natural.
Desde este sitio, y si las condiciones climáticas lo permiten, se tiene una vista increíble de la cadena montañosa y en la lejanía de los volcanes Tacaná, Santa María y Tajumulco, por lo que muchos aprovechan para deleitarse con el paisaje.
Familias enteras aprovechan los fines de semana para recrearse y acuden para tomarse fotografías junto con sus seres queridos, recuerdos que guardan de la visita al lugar que asemeja estar en un mar de nubes.
Para quienes deseen degustar de un delicioso café o chocolate acompañado de postres u otros bocadillos, además de desayunos o almuerzos, pueden ingresar al Café del Cielo, que está a pocos pasos en el Mirador, los precios van desde Q10 a Q35 las bebidas y Q15 a Q90 los antojitos o platillos, el sabor de la gastronomía huehueteca se mezcla a la perfección con el panorama.