19 de mayo de 2025 - 5:40 PM
Por La Redacción
Un insólito episodio sorprendió a las autoridades penitenciarias de Costa Rica la noche del martes, cuando un gato fue interceptado al intentar ingresar al centro penal de Pococí con droga adherida a su cuerpo. El felino, que transportaba marihuana y crack, fue detectado por un agente desde uno de los fortines de vigilancia, lo que permitió su rápida captura y la incautación del material ilícito.
Según informó la Policía Penitenciaria, el animal portaba dos envoltorios camuflados: uno con 235,65 gramos de presunta marihuana y otro con 67,76 gramos de aparente pasta de crack. Además, se le decomisaron dos pliegos de papel, presumiblemente utilizados para elaborar cigarrillos artesanales.
Una vez asegurada la droga, el caso fue remitido a las autoridades judiciales, mientras que el gato fue entregado al Servicio Nacional de Salud Animal (Senasa) para su evaluación y atención veterinaria.
Animales como “mulas”: una práctica conocida
Aunque insólito, este caso no es aislado en el sistema penitenciario costarricense. En años anteriores, se han documentado intentos similares en los que animales, como gatos y palomas, son utilizados para introducir drogas, teléfonos celulares e incluso armas de fabricación casera en los centros penales.
Uno de los casos más recordados ocurrió en 2015, cuando una paloma fue entrenada para el microtráfico en la prisión de Mediana Seguridad de La Reforma, en Alajuela. Estas estrategias, aunque creativas, evidencian el constante desafío que enfrentan las autoridades para garantizar la seguridad y controlar el ingreso de objetos prohibidos.